Querido Diario:
Continuamos con la segunda y última parte de la biografía de este misionero protestante:
Aprender el chino no es cosa fácil y por aquel entonces era mucho peor, porque no existían diccionarios ni buenos profesores. John Wesley bromeaba diciendo que “el chino era un invento del diablo para que no se pudiera predicar el Evangelio a los chinos”. Milne, un misionero que más tarde sería el ayudante de Morrison, decía que “para aprender el chino se necesita: un cuerpo de bronce, pulmones de acero, cabeza de roble, ojos de águila, corazón de apóstol, memoria de ángel… y la vida de Matusalém”. Además de trabajar en la traducción de la Biblia, Morrison se ocupó de hacer una gramática y un diccionario, para que los misioneros que fueran después de él pudieran aprender el idioma fácilmente.
El que verdaderamente lo ayudó mucho fue un chino llamado Tsae A-ko. Éste iba por las noches a su casa y se ponía a traducir o corregir, mientras que Morrison enseñaba a su amigo chino las verdades del Evangelio. Cerraban bien las puertas y las ventanas para que desde afuera nadie viera lo que hacían porque su vida corría peligro.
Tardó catorce años en traducir la Biblia y dieciséis en hacer el diccionario, que era de cuatro tomos con unas cuatro mil quinientas páginas cada uno.
Tsa A-Ko comprendió finalmente que lo que el misionero le enseñaba era la Verdad y se bautizó en 1814. Tsae A-Ko fue así el primer evangélico chino.
Después de haber traducido al Biblia, el problema fue publicarla, porque las penas para quien imprimiera libros cristianos eran tan severas como para el que enseñara el idioma. Afortunadamente, tras mucho trabajo, Morrison encontró quien lo hiciera, aunque secretamente. El miedo que tenía el impresor hacía que, cuando le mandaba los paquetes con Biblias, los envolvía rotulándolos con un título falso para disimilar el “peligroso” contenido.
Pero Morrison no sólo se dedicó a traducir, sino que llegó a establecer en 1818 una escuela que se llamó Colegio Anglo Chino, conocido después como Ying Wa College. Este colegio fue trasladado a Hong Kong en el año 1843 cuando este territorio pasó a ser controlado por los británicos. Esta institución permanece aún en la actualidad como una escuela secundaria.
Morrison nunca tuvo buena salud y, como trabajaba mucho, nunca se mejoró completamente. Murió casi repentinamente, el 1 de Agosto de 1834, en Cantón (China). Tenía cincuenta y dos años.
Durante su vida consiguió la conversión de poca gente, pero el trabajo que hizo traduciendo la Biblia y preparando el diccionario y la gramática, hizo posible la conversión de miles después de su muerte.
Tomado de: Biografías